La inteligencia artificial ha dado pasos gigantes en 2022, desde chatbots realistas hasta generadores de imágenes de alta calidad. Estos avances, aunque emocionantes, también traen preocupaciones éticas y desafíos.

Este año, la inteligencia artificial (IA) ha demostrado una capacidad sorprendente para replicar el comportamiento humano. Hemos visto chatbots respondiendo a preguntas complejas, incluso filosóficas, con una perspicacia sorprendentemente realista. Las imágenes generadas por IA se volvieron tan realistas que engañaron a las personas haciéndoles creer que fueron creadas por humanos. El software logró visualizar casi la totalidad de las proteínas humanas, lo cual podría ser un gran avance para el descubrimiento de medicamentos. Aunque estos avances pueden parecer repentinos, son el resultado de años de investigación. La IA generativa, donde el software crea contenido como textos o imágenes basados en descripciones, experimentó los avances más notables en 2022. Sin embargo, también surgieron preocupaciones sobre la ética y el impacto ambiental de estos modelos de IA. Se demostró que los modelos de IA entrenados en datos creados por humanos tienden a imitar el racismo y el sexismo presentes en la sociedad. Además, el uso intensivo de energía para ejecutar software de IA ha generado preocupaciones sobre el cambio climático. Un ejemplo notable de innovación en IA este año es chatGPT, creado por OpenAI. Este chatbot atrajo la atención de millones de usuarios por sus respuestas realistas a preguntas variadas. A pesar de su impresionante desempeño, también mostró respuestas erróneas y prejuicios racistas y sexistas. Otros chatbots, como LaMDA de Google y Character.ai, también generaron controversia y asombro en 2022. Estos desarrollos en inteligencia artificial marcan un futuro emocionante, pero también nos recuerdan la importancia de abordar las preocupaciones éticas y los desafíos que surgen con el avance de la tecnología.