La inteligencia artificial (IA) siempre ha sido tratada con sospecha, y el ritmo y el volumen de las preocupaciones aumentan a nuevos niveles. ¿Se ha llevado a cabo este avance tecnológico con una visión clara, o los tecnólogos han corrido hacia una pared?

La inteligencia artificial (IA) siempre ha sido tratada con sospecha, y el ritmo y el volumen de las preocupaciones aumentan a nuevos niveles. En sí mismo, las preocupaciones sobre el uso de la IA y el nivel al que puede reemplazar los procesos operados previamente por humanos son una demostración del ritmo del avance tecnológico. Sin embargo, ¿se ha llevado a cabo este avance tecnológico con una visión clara, o los tecnólogos han corrido hacia una pared, sin reconocer los nuevos niveles de conciencia del riesgo digital que ahora existen en la sociedad y los riesgos que plantea el avance sin restricciones del aprendizaje de la IA? A nivel mundial, la gran mayoría de las organizaciones reconocen que la IA tiene una inevitabilidad en su lugar en el futuro tejido de nuestra sociedad. Los líderes mundiales discuten regularmente la tecnología y su uso en foros como el G7, el G20 y el Foro Económico Mundial, donde se discute y reconoce como una tecnología para el beneficio futuro de la sociedad. Sin embargo, ¿cuál es el mayor riesgo: usar sistemas de IA poderosos y sensibles o no lograr el potencial beneficio social disponible a partir de su uso? A medida que nos acercamos a una Sociedad 5.0 nativa digital, es probable que las organizaciones que ignoran el potencial de la IA tengan dificultades para sobrevivir. En cambio, serán superadas por organizaciones que adopten tecnologías emergentes y, a través de una gestión de riesgos efectiva, permitan el pensamiento futuro y las estrategias comerciales progresistas que están diseñadas digitalmente. Como evangelista de la computación cuántica, creo que la IA es solo el comienzo de una nueva era de la tecnología que cambiará nuestra vida diaria. Si los líderes mundiales no reconocen la importancia de la inversión en tecnologías emergentes, incluida la computación cuántica, es probable que se queden atrás. El país que lidere en sistemas de información cuántica tendrá ventajas tecnológicas y económicas sobre el resto del mundo durante las próximas décadas. Es cierto que hay preocupaciones sobre la seguridad nacional y las amenazas a la privacidad que presenta la computación cuántica, pero estas preocupaciones no deben detener la inversión y el desarrollo de esta tecnología. Si queremos asegurar nuestro futuro, es importante seguir invirtiendo en tecnologías emergentes y asegurarnos de que se desarrollen de manera segura y responsable.