Un artículo que analiza la relación entre la inteligencia artificial y la democracia, y la necesidad de regular la IA generativa para evitar la propagación de desinformación y la manipulación en línea.

La tecnología y la democracia no son amigos en este momento. Necesitamos cambiar eso, rápidamente. Las redes sociales ya han debilitado nuestras instituciones democráticas al hacer que sea muy fácil para las personas con opiniones extremas conectarse y coordinarse. Nuestra democracia está tambaleándose por este impacto. Ahora, la inteligencia artificial generativa, una herramienta que ayudará a los actores malintencionados a acelerar aún más la propagación de la desinformación. Una democracia saludable podría gobernar esta nueva tecnología y ponerla en buen uso de innumerables maneras. También desarrollaría defensas contra aquellos que la utilizan con fines adversos. Y miraría hacia el futuro para prever la transformación económica probable y comenzar a establecer planes para navegar en lo que será un conjunto de transiciones rápidas y sorprendentes. Pero, ¿está nuestra democracia preparada para abordar estos desafíos de gobernanza? Estoy preocupado por la respuesta a eso, por eso me uní a una larga lista de tecnólogos, académicos e incluso visionarios controvertidos como Elon Musk en la firma de una carta abierta que llama a una pausa de al menos seis meses en la formación de sistemas de IA más poderosos que GPT-4. El campo de la tecnología está convulsionado por un debate sobre si hemos llegado a la Era de AGI. No solo una Era de IA, donde las máquinas y el software, como Siri, realizan tareas específicas y estrechas, sino una Era de Inteligencia Artificial General, en la que la tecnología puede encontrarse y emparejarse con los humanos en casi cualquier tarea. Esto sería un cambio de juego, dándonos no solo más problemas de desinformación y fraude, sino también todo tipo de propiedades y poderes emergentes impredecibles de la tecnología. Los modelos de base generativa más nuevos que impulsan GPT-4 pueden igualar a los mejores humanos en una variedad de campos, desde la codificación hasta el LSAT. Pero, ¿es la potencia de la IA generativa evidencia de la llegada de lo que para algunos ha sido un objetivo buscado durante mucho tiempo, la inteligencia artificial general? Bill Gates, cofundador de Microsoft, que ha buscado alejarse de sus rivales a través de una intensa inversión en OpenAI, dice que no y argumenta que la capacidad de GPT-4 y otros modelos de lenguaje grandes todavía está limitada a tareas limitadas. Pero un equipo de investigadores de Microsoft Research, en una revisión exhaustiva de la capacidad de GPT-4, dice que sí. Ven