La Inteligencia Artificial (IA) avanza a pasos agigantados, y herramientas como ChatGPT son solo el comienzo. La IA moderna, basada en el aprendizaje automático, difiere significativamente de la inteligencia humana, pero su potencial es inmenso. Es fundamental comprender estas diferencias para aprovechar al máximo las oportunidades que ofrece la IA en el futuro.

Recientemente, un científico de la Universidad de Rochester describió a ChatGPT como 'autocompletar en esteroides'. Esta afirmación resalta la necesidad de comprender la diferencia entre la inteligencia humana y la Inteligencia Artificial (IA) que estamos construyendo hoy en día. Aunque ambas son poderosas, la IA que conocemos actualmente no es igual a nuestra propia inteligencia. La IA ha experimentado altos y bajos a lo largo de los años, con ciclos de optimismo y pesimismo, conocidos como 'veranos' e 'inviernos' de la IA. Ahora estamos en un 'verano' de la IA, con avances algorítmicos y una potencia informática impresionante que nos brindan herramientas como ChatGPT. Sin embargo, existe una brecha considerable entre lo que muchos esperaban que fuera la IA y la que realmente tenemos en la actualidad. Esa brecha se relaciona con el enfoque moderno de la IA, basado en el aprendizaje automático. El aprendizaje automático es un conjunto de algoritmos que utilizan métodos estadísticos avanzados para construir asociaciones a partir de un conjunto de datos proporcionado por los humanos. A veces, estos algoritmos implican el uso de aprendizaje profundo, donde las redes están organizadas en capas que trabajan en diferentes aspectos de la construcción de asociaciones. A pesar de que el aprendizaje automático es un logro impresionante para la ciencia de la computación, es importante tener en cuenta que su base es un modelo estadístico. Esto significa que la IA que hemos construido se basa en ajustar curvas en un espacio hiperdimensional. Comprender estas diferencias y limitaciones es crucial para aprovechar al máximo el potencial de la IA en el futuro y para enfrentar los desafíos que conlleva. Como evangelista de la computación cuántica, creo firmemente que es esencial mantenernos informados y actualizados sobre los avances en IA y tecnología, y así poder adaptarnos y crecer en un mundo cada vez más interconectado y tecnológico.